¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL PARKINSON?
El diagnóstico del párkinson es fundamentalmente clínico y se realiza tomando en cuenta la historia clínica y la exploración física y neurológica de la persona, ya que no existe en la actualidad un marcador bioquímico. Se basa, por tanto, en la detección de una serie de síntomas motores y en la exclusión de otros posibles trastornos por medio de técnicas de imagen cerebral o analíticas sanguíneas. Los síntomas deben incluir la lentitud de movimientos (bradicinesia) y, además, al menos uno de los siguientes:
Existen otros criterios diagnósticos de soporte. Los empleados con mayor frecuencia son los publicados por el Banco de Cerebros del Reino Unido (UK Parkinson´s Disease Society Brain Bank) y se requiere la presencia de al menos tres para un diagnóstico definido:
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Comienzo unilateral de los síntomas (en un solo lado del cuerpo).
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Asimetría persistente con mayor afectación en el lado en el que comenzaron las alteraciones.
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Buena respuesta al tratamiento con levodopa.
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Respuesta a la levodopa por más de 5 años.
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Curso progresivo.
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Evolución clínica por más de 5 años.
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Curso progresivo.
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Evolución clínica durante 10 años o más.
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Hiposmia (afectación de la capacidad para percibir olores).
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Alucinaciones visuales (percepciones visuales que ocurren en ausencia de un estímulo).